miércoles, 27 de junio de 2012

"Tecnología, una importante herramienta para la Educación en el siglo XXI"

Es interesante reflexionar en pleno siglo XXI, en donde el desarrollo tecnológico nos sorprende cada día más, la visión que tuviera sobre la educación Isaac Asimov, destacado bioquímico y escritor de ciencia ficción ruso, quien desde su particular perspectiva, veía 1988 a la tecnología como una importante herramienta para la educación, destinada a facilitar y por sobre todo disfrutar del aprendizaje a todos los individuos, a su propio ritmo, en un lugar como su propia casa, menos hostil que la escuela y por sobre todo, poder efectuar un seguimiento a la materia del aprendizaje.



Si nos detenemos a pensar, cómo no tendría ventajas el hecho de no tener que efectuar este aprendizaje, sin ver sometidos a nuestros estudiantes a un sistema que busca generar en forma forzada, en un mismo lugar y hora y siguiendo parámetros establecidos por un programa de estudios y dictado por profesores, que muchas veces no tienen la adecuada preparación.
El sistema de las escuelas actuales, con honrosas excepción no reconoce, ni respeta las diferencias y la diversidad de los alumnos, ni tampoco, logra encantarlos en la búsqueda del aprendizaje.
Cabe hacer presente que Asimov, no buscaba reemplazar a la escuela, ni menos desnaturalizar mediante el empleo de tecnología, sino transformarse en un complemento para mejorar el aprendizaje.
Considerando esta particular visión, tengo el convencimiento que puede ser compartida por muchas personas en la actualidad y genera un desafío al sistema educativo, para ver en la incorporación de la tecnología una oportunidad más que una amenaza y por sobre todo, genera nuevos desafíos para los docentes, para mediante su utilización permitir encantar a los alumnos en el fascinante mundo del conocimiento, el que no debiera tener nunca fronteras, más allá de las que nosotros mismos queramos levantar.
Le cabe también en este cambio, un importante papel al Estado, el que debe generar las oportunidades a todos los niños y jóvenes y en general a toda aquella persona que busque el conocimiento, mediante la formulación de políticas que faciliten el acceso a la tecnología, la que la mayor de las veces se puede acceder a un bajo costo, mediante la economía a escala que se puede sólo generar en el nivel estatal. Como olvidar la caras brillantes de emoción de todos aquellos niños y jóvenes, los que en premio a su rendimiento académico, recibía flamantes notebook por parte del estado y a su vez como olvidar la desgarradora pena que embargaba aquellos niños que víctima de inescrupulosos, vieron cambiados estos por trozos de madera.
La emoción no era sólo por el hecho de recibir un computador, sino que ya desde su corta edad veía en ellos una importante herramienta de acceso al conocimiento y porque no decirlo, que les permitía sentirse en igualdad de condiciones con aquellos jóvenes afortunados, que han podido gracias a una mejor situación económica acceder sin darse cuenta con tremenda facilidad a un elemento tan sencillo, pero a la vez tan inalcanzable.
Finalmente y a modo de reflexión, quiero compartir una experiencia de vida. El año pasado y con motivo de la celebración de las fiestas patrias, tuve la oportunidad de viajar a Melinka, una hermosa localidad perteneciente a la municipalidad de las Guaitecas, ubicada en una isla del archipiélago del mismo nombre en la Región de Aysén y conocer a muchos niños que estudian hasta sexto básico, en el único colegio de la localidad, el que para mi asombro dada la importante lejanía de los grandes centros urbanos, contaba con todos los implementos tecnológicos necesarios para ejercer de muy buena manera la docencia por parte de los profesores y lo que es más importante lograr el aprendizaje por parte de los alumnos.

Vista al llegar desde el mar a la localidad de Melinka

Dichos niños, veían a su hermosa escuela, como una extensión de su hogar, ya que todo este acceso a la tecnología, con cómodos gabinetes de computación, salas con Wi FI,  en un ambiente grato, más el importante incentivo de sus profesores, los llamaba a participar en forma activa de su educación y no lograban comprender, cómo otros jóvenes en el país destruían sus aulas, computadores y se negaban a asistir a clases.

Para muchos que no conocen dicha realidad, no debe siquiera llamarles la atención, pero cuando eres un niño, que vive lejos de todo, que para salir de donde vives, debes tomar una barcaza y recorrer más de un día para llegar a Coyhaique o Puerto Montt o bien tomar una avioneta, que depende mucho de las condiciones del tiempo atmosférico para despegar, lo que pude presenciar ahí, marca la diferencia, ya que los hace sentir parte de un mundo maravilloso, lleno de posibilidades y que pueden a través de una tecnología, hoy muy simple y masificada para algunos, como es el acceso a la web mediante un computador, permitirse soñar sin barrera alguna.

Avioneta aterrizando, en un día de condiciones normales, en el pequeño aeródromo de Melinka.


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